Las emociones y los gestos cotidianos como masticar o fumar conllevan el movimiento de los músculos faciales y con ello el desarrollo de líneas de expresión alrededor de la boca, los ojos o las zonas más utilizadas. Las infiltraciones con materiales de relleno constituyen un tratamiento atenuante para este tipo de cambios faciales y están indicadas para depresiones cutáneas, arrugas, surcos y cicatrices. Estas intervenciones también permiten el aumento o remodelación de ciertas zonas faciales como pómulos, mentón, labios o nariz.
Las infiltraciones consisten en la introducción de diferentes sustancias en las zonas indicadas, sólo se aplica anestesia local y su duración es breve, no siendo necesario el internamiento clínico. Tras el tratamiento suelen emplearse cremas específicas y se realiza un control médico durante varias semanas.